Si bien es cierto que no hay razones para alimentar la preocupación y el desánimo, debemos reconocer que una inmensa y compleja diversidad de peligros nos acechan.
23 de diciembre de 2011
Preocupación y desánimo
Si bien es cierto que no hay razones para alimentar la preocupación y el desánimo, debemos reconocer que una inmensa y compleja diversidad de peligros nos acechan.
15 de diciembre de 2011
La celebridad
6 de diciembre de 2011
Mejor, al pasito
1 de diciembre de 2011
No entiendo por qué
22 de noviembre de 2011
Perseguir un sueño
¿Será por no reparar demasiado en mis propias limitaciones que me he embarcado ingenuamente en muchas aventuras? Mi actitud siempre ha sido la de ir tras aquello que deseo o que considero tener derecho. Le tengo terror a la rutina, y cuando me aburro, rompo con la monotonía iniciando un nuevo proyecto. Siempre he perseguido mis sueños con desbordado entusiasmo, lo cual conlleva estar dispuesto a la preocupación, incluso, a modificar mis costumbres. Supone valentía, pero muchas veces —debo reconocerlo— una buena dosis de irresponsabilidad.
17 de noviembre de 2011
10 de noviembre de 2011
Mejorar
La verdad, no veo que hagamos mucho por nosotros mismos, y así nos va. Al mal humor, a la pereza, a la vulgaridad, a la mentira y demás actitudes negativas hay que combatirlas no dejando que pasen a formar parte de nuestra rutina. Además, ya está bien de echarle la culpa a los demás; la solución comienza por nosotros mismos. Deberíamos de ser más prácticos y empezar —de una vez por todas— a mejorar las cosas. Para eso, lo primero, sería encontrar formas más sensatas de convivencia, y, sobre todo, no lastimar a nadie.
1 de noviembre de 2011
22 de octubre de 2011
25 de septiembre de 2011
17 de septiembre de 2011
Museo de Arte de Querétaro
El Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, en el marco del XXIII Aniversario del Museo de Arte de Querétaro, tiene el honor de invitar a usted a la inauguración de la exposición:
Jordi Boldó
Entre la memoria y el olvido
Jueves 22 de septiembre de 2011
Recepción 20:00 hrs.
Permanencia al 27 de noviembre de 2011
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte
Este proyecto se realizó con apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes, a través del Sistema Nacional de Creadores de Arte
Este proyecto se realizó con apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes, a través del Sistema Nacional de Creadores de Arte
Allende 14 sur, Centro Histórico, Querétaro, Qro.
11 de septiembre de 2011
29 de agosto de 2011
22 de agosto de 2011
12 de agosto de 2011
Vida y obra
Nunca me ha interesado demasiado la biografía de los artistas. Vida y obra son dos cosas distintas. Es absurdo que Van Gogh sea más conocido por la anécdota de su oreja mutilada que por su pintura.
2 de agosto de 2011
Volubilidad
Las personas somos caprichosas, inconstantes. Cambiamos de gustos, de opinión; vivimos en el contraste, en los extremos. Así, un día amanecemos parlanchines hasta el fastidio, y otro, silenciosos como una piedra. Lo raro es tener siempre la misma actitud. No se puede vivir permanentemente serio, o estar todo el tiempo de broma. Yo también soy variable; puedo ser cariñoso, o frío, insensible. A veces soy duro y pragmático, a veces, sentimental, hasta cursi. También puedo ser patéticamente dramático, o frívolo y liviano como una pluma y hasta con sentido del humor.
27 de julio de 2011
Serie Casas / Jordi Boldó
Arte Contemporáneo
Sollano 13, Centro, San Miguel de Allende, Guanajuato
(415) 152 57 42
Inauguración:
Jueves 28 de julio de 2011, 19:00 hrs.
19 de julio de 2011
Excelencia artística
Hoy que la cultura comienza a ir —afortunadamente— por rumbos populares y democráticos, se hace urgente y necesario no perder la mirada crítica y cuidar más que nunca los criterios de calidad y excelencia artística.
10 de julio de 2011
2 de julio de 2011
Pregunta
¿Cómo se puede vivir haciéndose el como que la Virgen te habla, dándole vuelo a la hilacha, y aspirar a un futuro mejor?
17 de junio de 2011
Críticos o comentaristas
Conozco muchos críticos de arte que son patéticos. Me sé su rollo de principio a fin. Sus críticas son tan superficiales, tan banales, que podría decirse que más que críticos de arte, son comentaristas de arte.
9 de junio de 2011
30 de mayo de 2011
Mateo Pittore VI
{Un pintor es lo que ve}
{Un artista debe ser seguro y humilde, delicado y profundo a la vez}
{Detrás de un verdadero artista siempre existe un universo moral, un particular modelo ético}
{En la práctica de cualquier arte lo más importante es conocerse a uno mismo}
{La pintura es un trabajo, y como tal, lo primero que hay que hacer es presentarse a trabajar}
{Toda regla es una traba para el trabajo creativo}
{Sólo hay algo hay más difícil que pintar: tener que explicar lo que uno pinta}
{Asumir el fracaso es parte de ser pintor}
{Para pintar hay que estar concentrado, ser paciente y reflexivo}
{Para pintar bien es importante olvidar como se pinta}
26 de mayo de 2011
19 de mayo de 2011
10 de mayo de 2011
30 de abril de 2011
20 de abril de 2011
13 de abril de 2011
Buen gusto
No sé por qué, pero con el tiempo he podido comprobar que toda expresión de buen gusto coincide plenamente con mis preferencias.
6 de abril de 2011
Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán
Inauguración: viernes 8 de abril del 2011 / 20:00 hrs
Hasta el 30 de junio / Salas 6 y 7
Pasaje Revolución entre 58 y 60. Centro, Mérida Yucatán
5 de abril de 2011
30 de marzo de 2011
Terminar lo que se empieza
Siempre estuve convencido de que hay que terminar lo que se empieza. Hoy no pienso igual. Creo que sólo hay que terminar aquello que vale la pena.
23 de marzo de 2011
10 de marzo de 2011
Entre la memoria y el olvido
"...la actividad creativa siempre está entre la memoria y el olvido”
Jorge Luis Borges
“el trabajo del artista es profundizar siempre en el misterio".
Francis Bacon
Siempre me agobió la constante presión de tener que ir a más, de correr hacia el futuro. Hoy no tengo tanta prisa, y quizá por eso me pregunto: ¿qué quiero hacer ahora? Tarde o temprano debía de moderar mi paso, mirar atrás y recordar los primeros años de mi vida que transcurrieron a saltos entre México y Guatemala.
No hace mucho, tenía miedo de recordar, hoy, lo que temo es olvidar. Por eso, emprendo la tarea de disipar la amnesia a través de la recreación visual de mis recuerdos. Ejercicio nada nuevo, lo sé, pero valiosísimo para recuperar mis imágenes más lejanas y darle otro rumbo a mi pintura. Escarbar en la infancia y en la juventud ha sido práctica común en el arte de todos los tiempos. Karl Jung consideró la actividad creativa como una expresión de formas arquetípicas: "Quien habla con imágenes primigenias, habla con mil voces (...) liberando a esas fuerzas benefactoras que desde tiempos inmemoriales han permitido a la humanidad escapar de los peligros y soportar la noche más larga. Ese es el secreto efecto del arte."
Esta serie es un repaso incierto de mi pasado (un pasado más bien negado que olvidado), es, además, un acto de introspección, de resistencia y nostalgia. Trabajando en ella, aprendí que toda imagen perdida y fragmentada es potencialmente recuperable por la intuición. Serie más íntima que anteriores, pero sobre todo, más próxima a la Naturaleza. Nunca imaginé cuántas sorpresas me guardaban mis recuerdos. Escarbar en ellos y en la sensación de vacío que acusa el olvido, fue trenzar insospechados lazos con los momentos más verdaderos, con esas huellas de vida que son nuestros primeros encuentros con el mundo; percepciones tan especiales, y que conservamos para siempre como modelo.
Indudablemente, todo arte, conocimiento o mito, se remontan a la infancia, etapa en la que aprendemos a conocer las cosas (imágenes, palabras, fábulas, sonidos, experiencias). Entendemos mejor lo que percibimos ingenuamente, en un primer momento, único e irrepetible, que nos conmueve profundamente; instante de sobresalto y sorpresa, incluso de terror. Recorrer nuestro paisaje interior y revivir esos brevísimos destellos, ilumina la imaginación y genera fértiles territorios creativos. Evocar una imagen original abre la posibilidad de transfigurarla y singularizarla como un nuevo referente. Así, toda experiencia infantil reelaborada en la madurez, proporciona nuevos puntos de partida. Conmueve recordar la primera vez que nos conectamos simbólicamente con la Naturaleza (animales, plantas, paisajes), la casa (habitaciones, muebles, objetos), la escuela (salón de clases, patio, útiles, juegos) o con las personas (parientes, amigos). El valor emblemático que adquieren ciertos recuerdos tiene que ver con el misterio personal y las expresiones inconscientes de cada quien. Todo esfuerzo por recordar encierra un enorme valor: el valor de conocernos, de descifrar cómo somos, y, aunque sea un proceso complejo e inacabable, es importante para todo hombre —no sólo para el artista— intentar desvelar los secretos que guarda su memoria. Cuando olvidamos, las imágenes se "fugan", se pierden, o, en el mejor de los casos, permanecen ocultas en alguna parte. En toda memoria hay cosas que son nítidas, y cosas que son impenetrables, confusas, ignoradas.
En la infancia lo natural es percibir lo que nos rodea ingenuamente. En la madurez se pierde esa pureza y desarrollamos una comprensión menos poética, más racional y viciada, de tal forma que —si queremos ser fieles a nosotros mismos— siempre deberemos de volver a hurgar en los secretos de nuestro origen. De niños construimos una mitología personal. Es el tiempo en que se define nuestro destino, etapa en la que aprendemos a nombrar las cosas, a ordenarlas. Cualquier idea o imagen se asocia a la palabra, cuya fuerza mágica y poder evocativo permiten desenterrar un momento con sólo nombrarlo. La palabra reproduce un instante, nos remite a él y recrea un acontecimiento lejano, lo conmemora y revive. Muchos de nuestros actos están intimamente relacionados con la ceremonia de repetir y actualizar un recuerdo. Asimismo, toda creación artística surge de la memoria, de la repetición de actos simples que a fuerza de convertirse en rutina, resurgen como milagro, como revelación. Pero recordar, también genera sentimientos dolorosos porque choca con nosotros mismos, con nuestro pasado y nuestro destino. Recordar es enfrentarse con la realidad perdida, con la certeza de que lo hecho no volverá. Sin embargo, estoy convencido de que cualquier esfuerzo por conocernos y toda voluntad de futuro, deben de pasar por un obligado retorno. Esa es la razón de esta serie.
Quiero volver a la infancia.
Y de la infancia a la sombra.
Federico García Lorca
Llegué a México muy pequeño, aún sin cumplir un año. Vine con mi madre, mi tío y mis abuelos maternos. Desembarcamos en Veracruz como desplazados tardíos de la Guerra Civil española. Desde entonces, el exilio y la orfandad han estado siempre presentes en mi vida; la falta de un padre y de una patria en sentido estricto, así como el temprano alejamiento de mi madre que se marchó a Guatemala dejándome al cuidado de mis abuelos, marcaron, sin duda, mi carácter. Crecí tratando de recuperar algo perdido, algo que todavía me impide ligarme plenamente a un lugar y que aún me produce sensaciones de aislamiento e inseguridad. Como muchos, percibo la patria como el sitio donde descansan nuestros muertos, y por ello, alguna vez temí vagar eternamente entre sombras extrañas. Me alivia de esa angustia, una vital, incrédula e irreverente actitud existencialista adoptada en mis años de formación, y, ahora, por la inexorable y triste razón de que ya son varias las pérdidas familiares que suma mi vida en esta tierra mexicana.
Cualquier exiliado “con memoria” anhela volver a lo que dejo. Yo no puedo sentir eso, es imposible añorar una realidad que no conocí. Como otros hijos de refugiados, mi memoria es irrecuperable. Provengo de una generación que me heredó una nostalgia radical que se refleja en mis actitudes y pensamientos, como por ejemplo, en el convencimiento de la imposibilidad de trascendencia (sin raíces claras, no puede esperarse un futuro claro), idea dura de aceptar para cualquier artista. Sin embargo, yo asumo sin ningún problema mi condición de desarraigo, pues poco, o mejor dicho, nada me importa la posteridad. Veo mi pasado con simpatía y acepto felizmente que nunca estaré integrado a ninguna comunidad, y que todo esfuerzo que haga por lograrlo sería ilusorio. Siempre me ha sido imposible adaptarme a ambientes y pautas culturales invariablemente ajenas.
Regreso a mi serie. Cuando pinto me importa más la emoción que la razón. No soy un intelectual, aunque a veces lo parezca; tampoco soy un artista conceptual. Pinto por instinto. Mis textos sólo sirven para señalar una ruta, para aclarar la dirección en que pienso caminar. Tienen la simple intención de ayudarme a pintar, por eso los hago. Teorizar me es útil para ubicar, contextualizar y relativizar mi trabajo. Lo que me gusta es pintar, y lo que más me preocupa es la parte artesanal de mi trabajo. Tardo mucho en resolver una pieza, no digamos una serie completa. Debajo de cada cuadro hay varios, que de una u otra forma, no me gustaron y decidí tapar. Trabajo sobre trabajo, ensayo y error, esa es mi forma de pintar. Si me esfuerzo en explicar lo que hago, es también por reacción al abuso de los críticos y especialistas que con la palabra abusan de su poder. He visto cómo muchos artistas van detrás de ellos mendigando una crítica, un comentario. Dan vergüenza.
Con el tiempo he ido “esencializando” mi pintura, haciéndola más elemental y estricta. Me gustaría que mis formas se manifestaran en su expresión más pura, con los rasgos mínimos y con la mayor solvencia plástica posible. En esta serie trate de lograr un buen resultado a partir de criterios reductivos, por lo que continué simplificando mi lenguaje abstracto como en series anteriores; no a la manera de una pureza reductiva tipo Mondrian, o por medio de la literalidad minimalista, si no más bien, a través del rescate de las primeras imágenes guardadas en mi memoria. Procuré hacerlo sin ornamentos ni distracciones, y me esforcé en conservar su ingenuidad original, en un ejercicio más bien próximo al arte o la escritura oriental y a la pintura primitiva.
No me molesta que mis cuadros perturben, incomoden, aunque quisiera comunicarme siempre afablemente con los demás. Lo importante es decir algo. Tengo demasiado orgullo como para reconocerme un mal pintor y sé hasta donde puedo llegar. Siempre he vivido por debajo de mis ilusiones y he pintado ya lo suficiente como para entender de qué se trata todo esto. Soy esforzado, puntual y ordenado. Trato de ir lo más lejos posible, pero no a cualquier precio. No comparto esa absurda idea de tener que sacrificarse en aras de la creación, así como tampoco creo que la felicidad sea sosa y el sufrimiento fuente de inspiración. Me parece perverso pensar que sólo pueden ser artistas los desdichados, y que la felicidad es embrutecedora, vulgar o burguesa. Si así fuera, cualquiera querría ser pobre e infeliz. Procuro llevar con buen ánimo mis preocupaciones y veo la vida como lo más importante, lo único importante. Me gusta comenzar cosas nuevas. Lo mejor es empezar, cuando falta esa sensación uno siente morir.
Conozco a varios colegas que la pintura no los ha vuelto mejores. Una pena. Veo mi trabajo no sólo como un privilegio que me cambió el destino, sino también como función vital que me enseña algo distinto cada día, me muestra mis debilidades, me hace paciente y disciplinado, y lo más importante, me ayuda a tolerar la estupidez, a defenderme del odio, la agresividad y la envidia de algunas personas. Si bien es cierto que lo que está pasando en este país me está amargando el carácter, la pintura me protege de vivir permanentemente encabronado y me anima a levantarme cada mañana con ganas de enfrentar nuevos desafíos.
Ver imágenes en jordiboldo.com en el apartado de Series / Entre la memoria y el olvido.
Ver imágenes en jordiboldo.com en el apartado de Series / Entre la memoria y el olvido.
5 de marzo de 2011
25 de febrero de 2011
18 de febrero de 2011
Ya no quiero perder más el tiempo
Reconozco que a veces me cuesta demasiado el trato con los demás. No es que sea antisocial, pero lo mío es estar con poca gente, con la gente que quiero y concentrado en mis cosas. Últimamente he reducido —y no por mi voluntad— el ritmo de trabajo, sin embargo, y quizá por ello, mi mundo se ha vuelto más complejo y reflexivo, y eso me gusta mucho. El caso, y es a lo que voy, es que ya no quiero tratar con personas que me hagan perder el tiempo, que me vengan a distraer de lo que considero importante. Ya no pienso regalarle ni cinco minutos a ningún idiota que me venga a interrumpir, que me haga sentir mal. Quiero economizar los esfuerzos y aprovechar al máximo cada momento que me regale la vida.
11 de febrero de 2011
5 de febrero de 2011
Los políticos
Los políticos deberían aspirar a la verdad, no solamente a convencer. Hay que ser críticos con ellos, pero también objetivos. La realidad es compleja y no siempre debemos anteponer la crítica al conocimiento; con esto quiero decir que nuestros juicios y acciones deberían sustentarse en una mayor reflexión. Lo que está claro —y no tengo ninguna duda— es que los políticos piensan mucho más en su futuro que en el futuro de todos… la verdad ¡ya estoy harto de ellos!
30 de enero de 2011
Equivalencias
23 de enero de 2011
15 de enero de 2011
Pregunta
10 de enero de 2011
1 de enero de 2011
Propósito de año nuevo
Los estados de ánimo colectivos determinan, sin duda, el ánimo y el humor individual. La desesperanza y el mal humor son sentimientos muy contagiosos. Creo que en tiempos de crisis y depresión colectiva como los que vivimos, el optimismo y la confianza son un asunto de sobrevivencia, y pienso, también, que una buena forma de empezar el año sería combatiendo por todos lo medios el desánimo y la frustración. Cada quien sabe como hacerlo.
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