Reconozco que a veces me cuesta demasiado el trato con los demás. No es que sea antisocial, pero lo mío es estar con poca gente, con la gente que quiero y concentrado en mis cosas. Últimamente he reducido —y no por mi voluntad— el ritmo de trabajo, sin embargo, y quizá por ello, mi mundo se ha vuelto más complejo y reflexivo, y eso me gusta mucho. El caso, y es a lo que voy, es que ya no quiero tratar con personas que me hagan perder el tiempo, que me vengan a distraer de lo que considero importante. Ya no pienso regalarle ni cinco minutos a ningún idiota que me venga a interrumpir, que me haga sentir mal. Quiero economizar los esfuerzos y aprovechar al máximo cada momento que me regale la vida.
Bien dicho. La vida es demasiado corta, de modo que mejor no perder ni un instante mirando las musarañas (aunque a veces un descanso es necesario).
ResponderEliminarQué casualidad, la penúltima entrada mía iba sobre eso, basándome en un fragmento de Séneca.
ResponderEliminarUn abrazo
Ummmmmm! No se què dir-te....
ResponderEliminarSi ens fan sentir malament, evidentment, ni un segon.
No és dificil trobar aquest punt ?
Crec que és una decició molt contundent, pera mi difícil.
Va... Jordi perd una miqueta el temps!!
Abraçades
Me siento identificada con ese no ser asocial, la única pega de limitar los contactos es esa persona especial que quizás se te escapa.
ResponderEliminarUn saludo
Nuevamente con las rabietas!!!
ResponderEliminarUn beso barbas ;)
Gisa ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Ya no quiero perder más el tiempo":
ResponderEliminarA razão te acompanha
Um bj querido amigo
Tu decisión es peligrosísima. De momento te aviso que es contagiosa.
ResponderEliminarYo estoy en lo mismo y pienso contagiar a quien se me acerque.