Piezas realizadas espontáneamente en barro. Serie que evoca
uno de mis juegos favoritos en la infancia: la construcción de ambientes y
ciudades.
Serie conformada por ciento treinta piezas, armable de muchas maneras, y que representa una pequeña y cambiante mirilla o rendija de observación al pasado, a lo olvidado.
La experiencia de haber producido este conjunto resulto ser un emocionante y alentador paseo por mi interior que nació por el simple deseo de escarbar en aquellas experiencias iniciales de mi niñez y de profundizar en el espíritu del juego. Y todo, a través de un primer contacto, y de un diálogo ritual con el barro, práctica milenaria asociada a los orígenes del hombre, a su memoria y al paso del tiempo. Con este trabajo, constaté que el barro tiene la capacidad de expresar, como ningún otro material, lo prístino y lo esencial, porque sus elementos son tan puros y poéticos, como la tierra, el agua o el fuego.
Jordi Boldó / Memoria y horizonte (instalación) / Cerámica
de alta temperatura (stoneware) / 130 piezas, medidas variables,
aproximadamente 5m2.
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