29 de abril de 2013
De viajes y soledades
Para mi amigo Joaquín Piñeiro
En el fondo todos somos unos viajeros incurables y solitarios. Y quizá sea el arte y su práctica íntima y habitual, la mayor aventura, el mejor viaje que uno pueda emprender para sentirse —aunque sea sólo un poco— feliz y orgulloso. Es una fortuna tener la audacia de caminar por la ruta de la creación y querer descubrir nuevos horizontes, sin duda más amplios y esperanzadores. Y no importa nada que todo lo que alguna vez imaginamos o hicimos, se convierta, a fin de cuentas, en un breve y fascinante espejismo.
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