
El arte se ha convertido en algo demasiado intelectual. Ojalá pudiéramos mirar sin prejuicios, ni explicaciones. Entiendo la obsesión colectiva por el concepto, pero a mi aún me gusta el arte que entra por los ojos, que invade la retina; que apasiona sin rollos ni teorías. Sólo viendo este tipo de expresiones me dan ganas de pintar. Definitivamente, soy anticuado.