Siempre trato de guiarme por la verdad. Casi nunca miento, quizá exagero un poco, sólo un poco, para
hacer más interesantes las cosas. Y si miento, tampoco lo hago a propósito,
sino en defensa propia, orientado por un poderoso instinto protector. Todos, en cierta
forma, nos conducimos siempre entre lo cierto y lo falso.
29 de septiembre de 2012
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la mentira defensiva nos evita muchas situaciones incómodas que no deseamos, dentro de ella llegamos a sentirnos tan cómodos que la usamos tranquilamente.
ResponderEliminarHay otra que evita el daño gratuito con esta buscamos una certeza, conseguir que el otro se sienta mejor, siempre que no se de cuenta, claro:)
ensayamos desde la infancia pero a unos se les da de maravilla y otros se quedan en intentarlo apenas, es curioso como el semblante nos delata cuando mentimos si este entrenamiento lo hemos pasado de largo.
la verdad se puede omitir, se puede disfrazar, creo que hay tantas verdades como ninguna
la propia puede que se esté modelando cada día y esa supongo que es la que intentamos transmitir a los demás
Me agrada que saques este tema porque últimamente parece que los límites entre las dos opciones están muy difuminados
que pases un buen domingo
En la delgada línea de la verdad objetiva y la mentira rebajada.
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