Lo más racional es
aceptar lo irracional. El arte no tiene porque tener sentido.
9 de diciembre de 2014
24 de noviembre de 2014
d8
Si no puedes con la rutina, o
simplemente no te gusta lo que ves, intenta mirar a otro lado; a veces
funciona. Seguir un plan que nos trazamos es importante, pero mucho más,
reconocer cuando debemos apartarnos de él. Todo exceso de realidad es malo para
la salud; preocuparse de más, también. No hay duda de que si te distraes te
pasan por encima. Para mantener a raya al amargado
que todos llevamos dentro, lo primero es barrer la casa, y lo segundo, saber
estarse quieto antes de actuar. Muchas veces es mejor caminar en sentido
contrario de lo que se piensa.
11 de noviembre de 2014
1 de octubre de 2014
d6
Viajar
sirve para levantar mugreros y hacer inventario. Siempre que me siento un poco
cansado o vacio, necesito vagabundear y escarbar en mi profundidad para volver
a ordenar mis rumbos; para reencontrar un lugar —siempre provisional— en el
mundo. Sigo de paso, como las aves. Nada me reconforta tanto como una buena
soledad. A fin de cuentas, es casi imposible entender lo que no existe, y por
eso lo mejor es que ya no le digamos mentiras a los niños.
19 de septiembre de 2014
15 de septiembre de 2014
d5
Seguramente alguien habrá —aunque yo no conozco a nadie— que le disguste tomar jugo de naranja por la mañana. Lo que sí sé, es que mucha gente tiene la mania, o mejor dicho, la necesidad expresiva de montar un peculiar numerito para espantar sus penas. Ya se sabe que detrás de toda depresión grande o pequeña, se esconde siempre un ingrediente egoísta. Y es que la gente no acaba de entender que cuando algo termina, algo empieza. O ¿acaso no has visto cómo se refleja el vuelo de las aves en los charquitos que deja la lluvia sobre el piso?
10 de septiembre de 2014
8 de septiembre de 2014
d4
Confesión primera: te digo con todo mi amor y romanticismo que estás más buena
que una mandarina de Torreón. Además, quiero que sepas que entre lo erótico y lo
romántico, prefiero lo naturalmente espontáneo.
Confesión segunda: sinceramente me parece que lo único bueno de
todo este forzado inmovilismo —y no es poca cosa—, es que ya dejé, espero que para siempre, esa obsesiva compulsión
narcisista de perseguir el éxito. Claro que me siento agotado y deprimido, pero, finalmente,
estoy descansando y aprendí a no abusar de mí mismo ni a exigirme tanto.
6 de septiembre de 2014
¡Milagro, milagro!
La aparición del Ché Guevara en la antigua Fábrica de Hilados y Tejidos El Hércules es una señal inequívoca de que la revolución nos hará justicia. ¡Patria o muerte, venceremos!
Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
comandante Che Guevara
2 de septiembre de 2014
d3
No sé resignarme al
inmovilismo, me aburro. También me
aburro de decirle a mis colegas que de lo que se trata es de pintar, de hacer muchas cosas, no de
hacerse famoso, o de ganar dinero. Además, les digo que si no pueden avanzar, retrocedan. Ya sabes, a mi me
gustan los eventos deslucidos e insignificantes, y quizá por eso siempre intento que
mis actividades sean discretas; sólo así me siento cómodo.
31 de agosto de 2014
24 de agosto de 2014
d2
Nada
hay tan grave entre quienes se quieren de verdad que no pueda
arreglarse con palabras honestas y cariñosas.
Hay quienes son esclavos de la falsedad y la intransigencia del lenguaje. Cuestión de valores; el amor es más
importante que el poder, la imaginación que la realidad, y el futuro importa
más que el pasado, pero menos que el presente. No vuelvo a molestarte, ni
siquiera jugando; no quiero que vuelvas a decirme: “ya cálmate, pinche perro”.
Sólo lamento no haberme vuelto a casar contigo en el Atrio de los Olivos del Convento de
Santa Ana de Tzintzuntzan (Lugar de colibríes).
15 de agosto de 2014
Memoria y Horizonte en Pátzcuaro
La Secretaría de Cultura de Michoacán
a través del Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita
invita a su exposición
Memoria y Horizonte
[obra pictórica)
de
Jordi Boldó
Inauguración: 22 de agosto, 19:00 hrs.
Enseñanza s/n esq. Alcantarilla, Centro
Pátzcuaro, Michoacán
13 de agosto de 2014
d1
Me gusta leer despacio, ir poco a poco. Uno no entiende bien y se
equivoca cuando corre; se deja de aprender, y por tanto, no se puede enseñar
nada. Tampoco quiero molestar a nadie, mucho menos herir a los que amo. No
pienso chupar más limones frente a los músicos que tocan instrumentos de viento,
porque desafinan. Tampoco
voy a volver a creer en las semi-ciencias, como la homeopatía o el psicoanálisis.
La mejor solución a casi todos nuestros problemas es pensar en los demás y no
ser tan coléricos, ni tan dramáticos.
31 de julio de 2014
26 de julio de 2014
Presea Germán Patiño
El pasado viernes 25 de julio de 2014, en Sesión Solemne de Cabildo, me fue entregada la Presea Germán Patiño Díaz que el H. Ayuntamiento de Querétaro otorga a personas que han invertido su talento y esfuerzo en favor de la creación, promoción y difusión de las artes, así como al incremento del acervo cultural en el Municipio.
Vivo en Querétaro desde hace 30 años. En esta
ciudad eché raíces y tuve la fortuna de poder dedicarme en cuerpo y alma a lo
que más me gusta: la pintura. Desde siempre, esta actividad estuvo cerca de mí,
ya fuera como promesa o como necesidad, pero fue aquí, en Querétaro, donde la
pintura se convirtió esencialmente en mi forma de vida.
A mediados de los 80’, mi madre, mi hermano y yo llegamos a
este lugar. Los tres nos enamoramos de la ciudad, y me atrevería a decir que
cada uno, a su manera, se comprometió con Querétaro dando lo mejor de sí en
favor de su cultura. Hoy, mi madre y mi hermano ya no están con nosotros, y por
eso quiero dedicarles este reconocimiento. Quizá ellos me hubieran bromeado por
aceptarlo, y yo —seguramente— se los hubiera agradecido; en mi casa siempre
fuimos antisolemnes.
Hoy recibo esta presea con orgullo. Es para mi una alegría
y un honor.
Agradezco a quienes me la otorgan, y agradezco también,
todo el cariño de mis amigos y familiares. Pero sobre todo, le doy gracias
a Esmeralda, mi mujer, por su aliento y su luz para seguir adelante.
11 de julio de 2014
14 de mayo de 2014
Memoria y horizonte
Click en la imagen para verla más grande
Inauguración: 23/05/2014
Inauguración: 23/05/2014
Viernes 20:00 hs.
Abierta el 20 de julio 2014
Museo de la Ciudad de Querétaro
"…La salud de la vista parece exigir un horizonte.
Nunca nos cansamos mientras podemos ver bastante
lejos...".
Ralph Waldo Emerson
Durante un corto viaje que hice por el norte de España y
Portugal, sentí una especial emoción ante el simple, pero maravilloso acto de
contemplar la naturaleza. Sugestionado, quizá, por la tristeza que me invadía
en esos días, tuve una inusual percepción del paisaje, y, en especial, de la
línea del horizonte. Más allá de notar su mera presencia, su dimensión espacial
o habitual referencia, advertí que el horizonte posee un extraordinario poder
evocador capaz de trasladarnos a universos íntimos y liberadores.
Contemplar la naturaleza ha sido, desde siempre, dialogar
con la vida, con nosotros mismos; ver un paisaje es algo sublime, comparable a
la búsqueda interior. Ambas acciones —en cierta forma— son la misma aventura,
capaces de crearnos sensaciones parecidas a la de andar perdido o desorientado
por lugares desconocidos.
Los paisajes del Romanticismo revelan un evidente diálogo
visual con la naturaleza; son obras que nos muestran el mundo interior del
artista y demuestran que el acto de observar el entorno natural es algo que
puede desafiar todos nuestros sentidos. De ahí que la caminata, el simple
paseo, no sean, solamente, una forma de reencuentro con uno mismo, sino,
también, una de las actividades físicas más excitantes para el intelecto. Contemplar
el paisaje, además de ayudarnos a descubrir la esencia de un lugar, puede ser
una aventura estética de primer orden; razón por la cual, debería de
convertirse en rutina vital, en práctica cotidiana para enriquecer nuestra
imaginación.
Ahora bien: todo paisaje es naturaleza humanizada, cultura y
apreciación estética. Sin la mirada del hombre, el paisaje no existiría, sería
un simple territorio, un espacio susceptible de convertirse en paisaje sólo si
es observado. En palabras de Hernández Pijuán: “no se puede hablar de paisaje
en sentido literal, sino de un cierto sentimiento del paisaje”. De ahí que, sentir
el paisaje, sea una de las mejores maneras de reintegrarnos a la Naturaleza y
de aceptar que los principales protagonistas no somos nosotros, si no los
cielos, los mares, los ríos, las montañas, y la vida en general, que conforman
una extraordinaria estructura, una especie de trama inspiradora susceptible de
ser transformada en ciencia, arte, cultura o memoria.
Es precisamente la memoria, tema recurrente de mis últimas
series y demás cavilaciones. Parecería que ahora, mi interés se desvía hacia el
paisaje, pero no es así. Sigo en lo mismo, escarbando en los recuerdos (entre
otras razones, porque aún necesito reconciliarme con mi pasado) y explorando en
el paisaje, que siempre ha estado presente en mi pintura, desde mis primeros y
expansivos universos abstractos, hasta los últimos e imposibles intentos por
alcanzar la serenidad. Lo que pasa, es que mi foco de atención se ha
trasladado, ha emigrado de la memoria al paisaje, entendido éste, como una
prolongación de la memoria. Es —por decirlo así— una nueva y alentadora manera
de recordar a través de la contemplación de la naturaleza. Cualquier recuerdo
está invariablemente ligado a un paisaje, a un territorio en el que aprendemos
a ver el mundo. A lo largo de la vida, habitamos muchos paisajes, pero con
ninguno nos identificamos tanto, como con aquéllos donde crecemos, ya que son paisajes
marcados de recuerdos. Es también, un paisaje, el testigo infaltable de
nuestros últimos momentos. Para el poeta y ensayista español Julio Llamazares,
“el paisaje es la memoria, porque la memoria se refleja siempre en el paisaje
en el que ha ocurrido tu vida. Es un espejo, no el telón de fondo de un
escenario; en ese espejo se refleja la vida de las personas. Cuando el paisaje
desaparece (…) la memoria se duele y se resiente, y de ese dolor de la memoria
nace la melancolía, y de la melancolía nace el aliento poético.”
Son evidentes las simetrías que hay entre el paisaje y la
memoria; por eso, entre ellos, surgen espontáneamente tantas analogías. Por
ejemplo, podemos pensar que paisaje y memoria, son dos tipos diferentes de
horizonte; siendo el primero, un horizonte espacial, y, el segundo, un
horizonte temporal. También, es fácil observar como el paso del tiempo provoca
en ambos, visibles o imperceptibles deterioros. Contemplar y recordar, son,
además, dos acciones paralelas y complementarias que nos permiten estar
“simultáneamente” en el pasado y en el presente.
Se cree que el acto de contemplar es algo pasivo, quizá
porque aún no acabamos de entender que el mirar es una forma de pensar. Es
cierto que la contemplación es una actividad plácida, pero puede llegar a ser
una tarea dinámica de primer orden, y su práctica habitual, estimular la
creatividad en todos los campos, no sólo en el artístico. En la actualidad, el
paisaje interesa por igual a filósofos, ecologistas, arquitectos, políticos,
geógrafos y artistas, dando lugar a múltiples interpretaciones de nuestro
entorno. Cuanto más conciente es una sociedad, más se preocupa por el paisaje.
Esta serie —para mi, y por los tiempos que corren de
desprecio a la pintura, en particular al abstraccionismo— es un acto de
obstinación a través del cual me vuelvo a plantear seguir pintando como
siempre: con libertad absoluta y volcado en la experimentación. Por eso, no
debe de ser considerada como un simple conjunto de piezas racionalizadas o
“acabadas”, fáciles de etiquetar bajo la figura del paisajista, sino, más bien,
como una mirada abierta al paisaje con clara orientación plástica, más que
conceptual. Y, sobre todo, como una visión interior a partir del paisaje, y no
sobre el paisaje, espacio físico que sólo me interesa como posibilidad de
analogía o tentación de metáfora, para dirigir la mirada a otra dimensión más
íntima y personal; a ese lugar mental, susceptible de convertirse en referencia
o evocación de la memoria. Sorprende el grado de comunicación que se puede
establecer con nosotros mismos cuando contemplamos la Naturaleza. Observar el
horizonte, por ejemplo, nos hace sentir la emoción por el espacio, por la
extensión; es un acto que nos libera de un estado mental opresivo y nos
traslada a otro más sereno, aunque, en ciertas ocasiones, pueda preocuparnos y
hacernos sentir en peligro.
La idea de esta serie surgió cuando observaba el horizonte,
línea donde todo se junta: el cielo, el mar y la tierra. Línea abarcable sólo
por la mirada, imposible de alcanzar porque se aleja cuando avanzamos hacia
ella. Lugar donde todo termina y todo empieza, el horizonte, es una referencia
cargada de significado y fascinación, fuente de energía y equilibrio. Su sola
presencia, nos obliga a afinar la mirada, y —en un esfuerzo de concentración y
abstracción—, a reencontrarnos con nosotros mismos.
Con el paisaje pasa como con la pintura abstracta, todo
depende de la mirada, de lo que se observa y de cómo se observa. Así, es
posible advertir la dificultad, o, mejor dicho, la imposibilidad, de representar
un paisaje. La pintura de paisajes y la pintura abstracta son dos formas muy
cercanas de expresión, donde el objeto físico no puede ser representado en términos
estrictos. Sin embargo, es indiscutible que el abstraccionismo es un medio
ideal para reflexionar en torno al paisaje; y viceversa. Al mirar un paisaje,
podemos descubrir la contundencia de las formas abstractas, así como sentir la
atracción que producen sus atmósferas y espacios vacíos, abiertos a la
contemplación. Abstracción y contemplación son dos conceptos afines, capaces de
trascender lo meramente narrativo —cuestión que tanto ha dominado la actividad
artística— y de hacer que la anécdota descriptiva pase a un segundo plano.
Para terminar, quiero
decir que con este pequeño conjunto de pinturas, creo dar por terminado un
largo y emocionante proceso de varias series enlazadas. Ahora, me propongo
explorar otros territorios, empezar algo nuevo. De cierta forma, todo horizonte
es referente simbólico de lo que termina, pero, también, de lo que nace o
empieza; es un límite que nos ofrece la ilusión inalcanzable de un final, pero,
a la vez, de un principio, de una nueva aventura.
13 de mayo de 2014
Fama y trabajo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)