De ida y vuelta / Jordi Boldó
Portal del Diezmo
16 junio, 19:30 hrs. Hasta 23 julio
Av. Juárez 15 Ote.
Centro Histórico, San Juan del Río, Querétaro
Es probable
que por la mentalidad dominante, este conjunto corra el riesgo de ser señalado
de ingenuo, simplón o anticuado. Es cierto que lo inspira una particular
candidez que le aleja de las propuestas contemporáneas, y que revela cierta
añoranza por la pintura abstracta del siglo pasado. Incluso, podría
interpretarse como una obra crítica e irónica de los nuevos ideales estéticos y
culturales. Pero no es así. Lo cierto es que estas piezas muestran lo que soy
en este momento, etapa en la que me interesa más escarbar en mi interior, que
explorar los excesos, la pedantería y la banalidad del arte de nuestros días.
No podría ser de otra forma; toda producción está determinada por la realidad
que la envuelve; uno pinta como vive, como lo que es, ni más ni menos, y yo, no
soy la excepción. Creo que mis mejores piezas —las más próximas y personales—
son aquellas que mejor reflejan esta idea.
En este
trabajo recupero buena parte de mi vena más informal e irreverente, incluso
irracional. Me percato, además, de la cantidad de veces que me he complicado
absurdamente en aras de una justificación conceptual. Y digo absurdamente,
porque yo nunca parto de un concepto, más bien, elaboro series intuitivas a
partir de un tema; cosa que es muy diferente. Mientras pinto, no pienso mucho,
ni tengo nada en claro; las ideas van surgiendo poco a poco, sobre la marcha.
Cuántas veces me dije: voy a hacer tal o cual cosa, y luego no funcionó.
Cavilar demasiado me paraliza, me impide avanzar, y aunque reconozco la
importancia de la reflexión y la autocrítica, confío mucho más en la intuición.
Una cosa es teorizar, otra, reflexionar sobre lo hecho —que es lo que yo hago.
Después de esta serie me queda más claro que de poco sirve justificar mi
pintura; que sólo debo de pintar y pasarlo bien. Tener que explicar mi trabajo
es muy fastidioso; qué sentido tiene reseñar mi pintura, o querer apuntalarla
teóricamente, cuando nunca —ni siquiera— me ha preocupado el resultado, menos
agradar. Para mi lo importante es hacer cosas que me gusten, y lo que yo hago,
por decirlo así, es una pintura egoísta, que lo primero que busca es la
satisfacción personal. Perdón por el descaro.