Nada
hay tan grave entre quienes se quieren de verdad que no pueda
arreglarse con palabras honestas y cariñosas.
Hay quienes son esclavos de la falsedad y la intransigencia del lenguaje. Cuestión de valores; el amor es más
importante que el poder, la imaginación que la realidad, y el futuro importa
más que el pasado, pero menos que el presente. No vuelvo a molestarte, ni
siquiera jugando; no quiero que vuelvas a decirme: “ya cálmate, pinche perro”.
Sólo lamento no haberme vuelto a casar contigo en el Atrio de los Olivos del Convento de
Santa Ana de Tzintzuntzan (Lugar de colibríes).
En mi mente tengo grabado esos olivos, iré allí cada vez que no concilie el sueño. La imaginación funciona para recrear y cambiar la realidad, e imagino casándonos también en ese "Monasterio de los Olivos".De mente dispersa pero con el corazón en el mismo lugar.
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Atte: Pajarito