Está claro que todo termina. Y aunque casi siempre he estado por la innovación, esta vez me aferro a la tradición. Me cuesta aún aceptar el precipitado fin del arte moderno, etapa que originó tan extraordinario universo visual.
¡Que vulgar es el verano! Siempre me ha parecido deprimente. Hace calor, los amores son efímeros, dejamos de trabajar, viajar es más caro, andamos mal vestidos… y no juega el Barça.
En estos tiempos el arte y la cultura se desarrollan de manera preocupante. Inquieta ver como se posicionan algunos individuos de poca calidad, decididos a beneficiarse personalmente y sin ningún escrúpulo. Y lo peor, que resulta dificil pensar que las cosas puedan mejorar.
Casi todo lo que pinto y escribo tiene que ver con lo que vivo, más que con lo que pienso, veo o leo. Es principalmente a partir de las vivencias, que encuentro qué pintar, qué escribir. También sé, que no basta pintar o escribir, hay que, además, decir algo, proponer alguna cosa.